FSC-CCOO Madrid | 21 de noviembre de 2024

Semana Europea de la Movilidad: sostenible, saludable, segura y siempre equitativa

    Es un buen momento para reflexionar sobre de dónde partimos, a dónde queremos llegar y cómo lo haremos para llegar con éxito a nuestro destino

    15/09/2021.

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    Sin duda esta Semana, como ya lo fue la anterior, viene marcada por las consecuencias de la Covid-19 que ha dejado su impronta en la movilidad, principalmente reduciéndola, invirtiendo algunas tendencias o, mejor dicho afectando a algunos modos más que a otros. A saber, la más pronta recuperación del uso del vehículo privado, el despegue muy destacado de la movilidad activa, a pie y en bicicleta y la lenta y tardía recuperación del transporte público.

    Factores como la distancia de seguridad entre personas para evitar el contagio y el rechazo a las concentraciones de personas en un mismo espacio han conducido, a aquellos que tienen la opción de hacerlo, a este dispar dilema a la hora de optar entre un modo u otro de movilidad.

    Una de las tareas destacadas que nos debemos marcar como sindicato sensible a estos temas es la recuperación y, posterior aumento de las personas usuarias del transporte público. Dar confianza en términos sanitarios, pero también confianza en los servicios mejorándolos y ampliándolos lo que es un buen antídoto para frenar el descenso que se ha producido y pasar de inmediato a remontarlo. El transporte público adaptado a las necesidades laborales para que sea útil para estos trayectos aun es una asignatura pendiente que pronto debemos aprobar entre todos y todas. Huelga decir que nos tendrán a nosotros y a nosotras trabajando para que esto se haga una realidad.

    La crisis sanitaria, ha impulsado los desplazamientos a pie y en bicicleta, pero aún estamos lejos de que sean los principales modos para los desplazamientos al trabajo, en la totalidad del trayecto o parcialmente. Sin duda, estos deben ser los desplazamientos prioritarios al ser los más sostenibles y saludables, física y mentalmente, y debemos garantizar, ya que son los más vulnerables, que sean, también los más seguros y cómodos. La máxima proximidad posible entre el lugar de residencia y el lugar de trabajo es un factor relevante, pero también las condiciones óptimas de los itinerarios son claves para que esta modalidad junto al transporte público sean los protagonistas de nuestros viajes cotidianos al trabajo.

    Aquí es conveniente recordar que el modelo de movilidad basado en los desplazamientos al trabajo en vehículo privado motorizado es excluyente y discriminatorio. Si no lo posees se puede dar el caso de no poder optar a puestos de trabajo donde la única opción es llegar con estos vehículos privados. O bien las personas trabajadoras deben hacer un sobre esfuerzo económico para poder adquirir un vehículo y usarlo cotidianamente. Lo que merma la economía personal y familiar a aquellos que ya tienen menos.

    La equidad social en movilidad debe tenerse en cuenta al ser una cuestión transversal a los lemas escogidos para este año. Bien es sabido que la sostenibilidad, la salud y la seguridad en movilidad, también dependen de la vertiente social algo que como sindicato no debemos olvidar y que como ya hacemos, en general, diariamente debemos continuar trabajando para disipar estas diferencias sociales. Y es, justamente, en la movilidad donde se evidencia esta distancia social y, a su vez, es en uno de los campos de batalla donde se puede neutralizar la exclusión para conseguir una mayor equidad entre personas. Pues no hay sostenibilidad, salud y seguridad sin inclusión social, siendo esta una condición absolutamente necesaria para alcanzar los objetivos que se plantean en la Semana Europea de la Movilidad Sostenible 2021.

    Igualmente, la inclusión social pasa por garantizar la movilidad segura y cómoda de las personas con movilidad reducida. Esta también debe ser una lucha compartida por el sindicalismo. La no accesibilidad de este colectivo va en contra de la igualdad de oportunidades de optar a un puesto de trabajo, convirtiéndose en una discriminación flagrante, que debemos denunciar y proponer alternativas.

    Este modelo de movilidad también lastra las oportunidades de nuestros jóvenes ya desde la etapa formativa, al no permitirles acceder a los centros de trabajo donde podrían hacer sus prácticas profesionales. Y, cuando pueden entrar al mercado de trabajo vuelven a encontrase con este obstáculo, que el desplazamiento a los centros de trabajo que les reduce las oportunidades laborales si carecen de vehículo privado.

    Del mismo modo, el diferencial uso de los modos de movilidad entre hombres y mujeres perjudica a estas últimas, cuando el modo predominante para desplazarse al trabajo es el vehículo privado motorizado. Así pues, defender la Igualdad de género es, también sinónimo de defender el derecho a la movilidad sostenible y de acceso universal.

    Una consecuencia ineludible del modelo de movilidad laboral y las condiciones de trabajo más precarias son los accidentes in itínere, los que se producen a la ida y a la vuelta del centro de trabajo. Accidentes de trabajo que además de ser de los más graves no han parado de crecer en los últimos años llegando a representar alrededor de un 10% del total de accidentes de trabajo y el 20% de los mortales. Este claro fracaso de la acción preventiva en salud laboral debe ser abordado con contundencia. No habiendo una forma más determinante de prevención que facilitar los desplazamientos al trabajo en los modos más seguros como es el transporte público, y aquellos más saludables y sostenibles, como es la movilidad activa.

    La evidencia de la crisis climática, íntimamente, relacionada con el modelo de movilidad aún predominante para desplazarse al trabajo urge actuaciones encaminadas a descarbonizar el transporte. En este ámbito, sindicalmente hablando, también debemos ejercer un papel destacado, tanto en la lucha contra los factores que lo provocan, teniendo presente aquella máxima que dice que “no habrá empleos en un planeta muerto” como en garantizar una transición justa para las personas trabajadoras actualmente ocupadas en sectores del transporte intensivos en emisiones de CO2 y que deben transformarse. Lo que viene a significar la electrificación del transporte, tanto privado como público, como parte de la solución al problema de las emisiones.

    La implantación de las zonas de bajas emisiones, tal como establece la Ley de cambio climático y transición energética, que deben implantarse antes de 2023 en las ciudades de 50.000 habitantes o de 20.000 cuando la situación de contaminación lo requiera demanda de un esfuerzo suplementario e inminente en ofrecer una alternativa útil en modos sostenibles a aquellos desplazamientos al trabajo que se vean afectados.

    Ello no nos debe hacer olvidar la imprescindible mejora del transporte en la España vaciada, del cual depende en gran medida su vertebración interna y con su entorno y el poder estar en condiciones de igualdad con la España urbana. Para ello, hay que organizar el territorio con una red de transporte suficiente y eficaz basada en la combinación entre el ferrocarril y los servicios regulares y rápidos de autobús como transporte estructurante y para la capilaridad la extensión de modalidades como el transporte a la demanda. Sin duda, esta es una cuenta pendiente que la sociedad tiene con una gran parte del territorio, porque resolver el déficit de acceso a una movilidad sostenible tiene gran influencia para su desarrollo y ello conlleva potencial para retener y generar empleo de calidad. Sindicalmente hablando, revertir esta situación es algo que hay que ponerse como objetivo y debemos estar con la sociedad que reclama estas medidas y políticas.

    Enfrente de estos retos sindicales, debemos aprovechar esta Semana de la movilidad sostenible para ponernos tareas en movilidad para este año que tenemos por delante. No será tarea fácil, pero de cara a septiembre de 2022, bien seguro que podremos explicar los avances que hemos ido obteniendo en el transcurso del año.

    Así pues, concluyendo este año, como en los precedentes y en los venideros, nos reafirmamos, como sindicato, preocupado y ocupado en defender y mejorar las condiciones de trabajo de las personas trabajadoras, es decir, a seguir firmemente comprometidos en promover la movilidad sostenible, saludable y segura y añadimos, con convencimiento equitativa, mediante la acción sindical, la concertación social y la negociación colectiva. Pero sin duda también estaremos atentos a como queda la anunciada Ley de movilidad sostenible y financiación del transporte púbico que esperamos incorpore políticas y medidas para esa movilidad que necesitamos.