FSC-CCOO Madrid | 19 de marzo de 2024

CCOO denuncia la precariedad de las condiciones laborales en la ONCE

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El sindicato ha elaborado un informe en el que denuncia el grave riesgo existente para la salud de las trabajadoras y trabajadores de la ONCE, por las condiciones absolutamente precarias a las que se ven sometidos y donde la salud laboral se ha convertido en una mera declaración de intenciones.

02/10/2018.
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CCOO ha realizado un informe en el que se evalúan los diferentes riesgos que conlleva el trabajo del personal vendedor de la ONCE y las medidas preventivas a adoptar. Así, se evalúan los riesgos psicosociales que genera una mala organización del trabajo, los riesgos asociados al estrés térmico producidos al trabajar en la intemperie, los riesgos ergonómicos derivados de la manipulación de cargas y los procedentes de las barreras arquitectónicas.

El sindicato denuncia que la precariedad es un elemento determinante en las condiciones de trabajo de las personas con discapacidad de la ONCE. Según las Cuentas Anuales ONCE 2017, la plantilla está formada por 23.049 personas, de las cuales el 88% presentan discapacidad. Esta plantilla ha disminuido en el año 2017 en 256 efectivos ya que en el año 2016 la misma era de 23.305.

El colectivo de vendedores y vendedoras consiguió ingresos de la venta de juego en 2017 por valor de 1.835 millones de euros, aproximadamente 94.000 euros por vendedor o vendedora. Según el propio convenio, las y los trabajadores deben cubrir unos objetivos para poder tener un sueldo base. El personal fijo requiere facturar al menos 210 euros diarios para acceder al cobro de comisiones y, para que alguien de nueva incorporación alcance un contrato indefinido, tiene que llegar a los 1.500 euros semanales, es decir, 450 euros más que los fijos y con un 30% menos de sueldo. Al final estas exigencias llevan a jornadas intensivas durante todos los días de la semana, con una enorme prevalencia de riesgos psicosociales.

En distintos ámbitos territoriales las secciones sindicales de CCOO en la ONCE han acudido a Inspección de Trabajo para denunciar, entre otras cuestiones, la prolongación de jornada o la ausencia de descansos para conseguir el mínimo de ventas. Desde CCOO hemos constatado que Inspección de Trabajo ha remitido varios dictámenes desfavorables para ONCE en relación con su tolerancia a la venta en días festivos, a la vulneración de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, así como a la consecuente competencia desleal que se genera entre estos, y a la práctica de combatir la baja rentabilidad mediante el expediente disciplinario y la no renovación de contratos.

“Se obliga al personal vendedor a realizar sus competencias por las llamadas zonas de influencia, trabajando sobre espacios que no tienen en cuenta su discapacidad, y que por lo tanto los sitúa en una situación de peligro, lo que supone una clara vulneración de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que establece una protección especial para el personal trabajador con algún tipo de discapacidad”, denuncia el sindicato.

Bajada de sueldos

A esta situación hay que añadir que la dirección de la ONCE ha aplicado, desde el 1 de abril pasado, que las bajas derivadas de la enfermedad común y accidente no laboral se dejaran de complementar hasta el 100% del salario base, complementos de escala y antigüedad. Esta rebaja del sueldo tiene su origen en el XVI Convenio Colectivo que no fue firmado por CCOO. Actualmente a cerca de un 11% de personas trabajadoras se les ha dejado de complementar el sueldo por encontrarse en situación de incapacidad laboral temporal.

Algunas de las trabajadoras están sufriendo esta medida así:

  • Cristina, que es una vendedora deficiente visual, lleva un año de baja por depresión generada por las presiones laborales a las que se ve sometida. Su pérdida de sueldo mensual ronda los 200 euros, de un sueldo total de 1.000 euros.
  • Susana, otra vendedora con una discapacidad física en su espalda y cadera que le requiere continuas atenciones médicas y que le ha supuesto una incapacidad laboral temporal, desde diciembre del 2017 hasta mayo del 2018 la ONCE le ha quitado el 25% de su sueldo, lo que le ha supuesto una pérdida mensual de 370 euros.

Desde CCOO vienen denunciando que detrás de esta política de reducir los salarios por causas de absentismo justificado se encuentra la necesidad de ocultar las circunstancias penosas e insalubres que sufren una gran parte de las trabajadoras y trabajadores de la ONCE.

“Resulta absolutamente reprochable que una organización con carácter social como la ONCE sustraiga parte de su sueldo a un colectivo que por sus propias características de diversidad funcional suele presentar problemas de salud”, señala CCOO.

Para CCOO, la ONCE “desarrolla un modelo contradictorio en cuanto a las funciones que le son propias como organización. Bajo una apariencia de fines sociales absolutamente loables, como así se propugnan en sus estatutos donde se establece que la misión principal de la ONCE queda definida como la facilitación y el apoyo de la autonomía personal y la plena integración educativa, social y laboral de las personas con ceguera y deficiencia visual, nos encontramos con una organización que vulnera los derechos de salud laboral de sus trabajadoras y trabajadores”.

La representación de CCOO concluye que “la ONCE, que mediáticamente se ha hecho con el monopolio de la discapacidad en nuestro país y que para ello se favorece de una normativa específica del juego, somete a su personal a condiciones que ponen en peligro su salud laboral y su seguridad. En estas condiciones podemos afirmar que el trabajo en la ONCE es inseguro e insalubre, vulnerando nuestra normativa en riesgos laborales y sometiendo a sus trabajadores y trabajadoras a unas condiciones de trabajo muy alejadas de los fines sociales que tanto preconizan”.

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